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jueves, 20 de noviembre de 2008

CONCLUSIONES DEL III CONGRESO CIENTÍFICO INTERNACIONAL SOBRE
AUTISMO Y SÍNDROME DE ASPERGER QUE SE REALIZÓ EN BUENOS AIRES

El autismo no es una enfermedad en el sentido convencional, ya que se trata de un severo trastorno que afecta la comunicación, los intereses sociales, el juego simbólico y la conducta, aunque las actuales técnicas conductuales de tratamiento y educación posibilitan que la persona que padece ese síndrome pueda desarrollar una vida prácticamente normal.

Con un tratamiento adecuado desde edad temprana es posible lograr que un niño autista pueda, aún con sus diferencias, integrarse a la sociedad, es decir, que no desarrolle conductas agresivas ni auto-lesivas, tenga una comunicación afectiva y verbal con quienes lo rodean hasta, incluso, estudiar e insertarse en el mercado laboral.

Recientes investigaciones en los Estados Unidos y en Europa permiten calcular que entre tres y seis de cada mil recién nacidos pueden ser autistas y que los varones tienen cuatro veces más probabilidades que las mujeres de padecer ese síndrome.

Si bien no hay estadísticas oficiales en la Argentina, se estima que cerca de 30.000 personas están afectadas por algún síndrome del espectro autista, lo que representa aproximadamente el 0,7 por ciento de la población.

Así resumió el psicólogo argentino Claudio Hunter - Watts las principales conclusiones del Tercer Congreso Internacional sobre Autismo y Síndrome de Asperger del Cono Sur, que finalizó anoche en Buenos Aires y que fue organizado por la escuela San Martín de Porres (pionera y líder en tratamiento y educación de niños y adolescentes con trastornos generalizados del desarrollo) y el Grupo Alter (equipo santafecino de profesionales especializados en la intervención temprana de niños con trastornos del espectro autista).

“Pese a los avances de la ciencia, todavía no se ha encontrado la causa del autismo. Algunos estudios sobre personas autistas han revelado ciertas irregularidades en el funcionamiento cerebral y niveles anormales de serotonina, de glutamato o de algún otro neurotransmisor en varias regiones del cerebro, lo cual sugiere que la causa estaría en un defecto de los genes que controlan el crecimiento del cerebro en la etapa fetal y que regulan la comunicación entre las neuronas”, explicó el especialista.
Esas investigaciones y las “experiencias mundialmente exitosas con nuevas técnicas de tratamiento y educación basadas en el Análisis Conductual Aplicado, han desterrado el mito de “las madres freezer” aseguró.
Al respecto, destacó que “la teoría psicoanalítica de que las conductas de los padres generan el autismo ha sido refutada. El autismo no es una reacción del niño hacia sus padres, sino que se trata de un trastorno generalizado del desarrollo que altera el vínculo entre el niño, sus padres y su entorno social".
Hunter - Watts indicó que “la detección temprana del autismo hoy es clave para que los niños que padecen ese síndrome alcancen, con un adecuado tratamiento, un coeficiente intelectual normal o casi normal”, tras lo cual dijo que durante el congreso hubo “muy interesantes exposiciones y talleres con la participación activa de padres y familiares de autistas sobre el test ADOS (sigla de Autism Diagnostic Observation Schedule) mundialmente validado como el diagnóstico más certero en casos del espectro autista”.
También se realizaron talleres con familiares de autistas sobre las nuevas técnicas de tratamiento. Al respecto, el especialista mencionó la denominada ABA (sigla de ///////
AUTISMO: CONCLUSIONES DEL III CONGRESO (hoja dos)
/////// Applied Behavioral Analysis), conocida también como Análisis Conductual Aplicado, la cual –aseguró- “ha dado resultados asombrosos en la modificación de conductas de niños autistas”.
Asistieron a esta cita científica unas 700 personas, de las cuales el 70 por ciento eran profesionales de la salud y de la educación y el resto, familiares de personas con autismo.
Hunter – Watts, coordinador terapéutico de la escuela San Martín de Porres, presidió el comité científico de este Tercer Congreso Internacional sobre Autismo y Síndrome de Asperger del Cono Sur, que se realizó desde el jueves 6 hasta el sábado 8 en el Complejo Salguero Plaza con la participación como expositores de una veintena de médicos, genetistas, psicólogos y licenciados en educación especial de la Argentina y del extranjero.
Entre otros especialistas, disertaron los estadounidenses John McEachin, Ron Leaf y Julia Kristine Smith, el británico Simon Noyce, las chilenas Leonor Ríos Galleguillos y Carolina Moraga Carvajal, la española Manuela Fernández Vuelta, las venezolanas Cecilia Montiel Nava y Mayerling Aparcedo, y los argentinos Claudio Trivisono (director del Grupo Alter), Alberto Vivas Peralta, Maison Baibiene, Daniel Valdez, Mauro Mascotena y el prestigioso Dr. Alberto Tobares (Neurólogo Principal del Hospital Paroissien).
También expuso, a través de una teleconferencia, la estadounidense Temple Grandin, caso único en el mundo de una autista que logró un título universitario, pues es doctora en Ciencia Animal, profesora asociada de la estatal Universidad de Illinois y autora, entre otros libros, de “Atravesando las fronteras del autismo, una historia de esperanza y recuperación”, “Pensar con imágenes, mi vida con el autismo” e “Interpretar a los animales”.
Miembros de distintas asociaciones de familiares de autistas expusieron y presentaron trabajos sobre sus experiencias y métodos, como también propusieron reformas a la ley nacional 24.901 (sobre casos de discapacidad) y a los proyectos de ley que contemplan los casos de trastornos generalizados del desarrollo. Se acordaron formas de continuar peticionando y de iniciar campañas de esclarecimiento respecto de la educación de sus hijos con síndrome autista.
El congreso fue declarado de Interés por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; por la Cámara de Diputados de la Nación; por la Legislatura de la provincia de Buenos Aires; por la Dirección de Escuelas y Cultura de la Provincia de Buenos Aires y por el Instituto Nacional de Empresas Sociales (INAES).

Buenos Aires, noviembre 9 de 2008

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Amaral anuncia en Salamanca que el autismo tendrá tratamiento en diez años
El fundador del Mind Institute destaca los avances en la genética del trastorno
17.11.08 -
F. GÓMEZ
SALAMANCA




Centro de día para autistas en la Comunidad Valenciana. / JESÚS SIGNES
Los avances realizados en la determinación de algunas causas biológicas implicadas en la presencia del autismo han permitido que la comunidad científica desarrolle un cierto optimismo sobre el tratamiento de este trastorno. Uno de los mayores referentes mundiales en la investigación del autismo, David Amaral, afirmó ayer en Salamanca que «en un plazo de diez años podríamos contar con las herramientas necesarias para ofrecer un tratamiento médico al autismo».
El fundador y director del Mind Institute de la Universidad de California ha participado en una conferencia sobre las causas del autismo en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León.
Una intervención en la que, a pesar del avance investigador, subrayó que «por el momento el tratamiento más efectivo para el autismo sigue siendo la terapia de comportamiento».
David Amaral explicó que el interés suscitado en los últimos años por el autismo en la opinión pública y en la comunidad científica ha permitido una mayor llegada de fondos a distintos proyectos de investigación que se han traducido en importantes avances para el conocimiento de la enfermedad.
Así, el investigador reseñó que «aunque hace algunos años se hablaba sobre todo de responsabilidad de los padres y de factores psicológicos para el desarrollo del autismo», sin embargo, en la actualidad «se habla de causas biológicas en el origen del autismo, una enfermedad igual considerada que el cáncer o la diabetes».
Amaral explicó que a pesar de esta conciencia «sabemos que hay múltiples causas detrás del autismo» y detalló que «los genes que hemos identificado como implicados en el autismo únicamente nos valen para explicar el 20% de los casos».
Por este motivo, afirmó que «pensamos que es algo así como aquella persona que es propensa a sufrir enfermedades cardiovasculares pero que desarrolla si no hace ejercicio o no tiene una dieta adecuada», es decir, que «además de los factores genéticos hay factores ambientales que desencadenan el autismo».
Riesgos y calidad de vida
Según destacó el responsable directivo del Mind Institute, las últimas investigaciones de la comunidad científica apuntan precisamente a una alteración genética en el sistema inmunológico, que presentan el 20% de los casos analizados.
Por otra parte, Amaral insistió en la necesidad de continuar avanzando en la investigación del diagnóstico temprano del autismo, ya que «eso determina la calidad de vida en el futuro del afectado» y explicó que «hay señales de riesgo como que el niño no responda a su nombre o no establezca una interacción cara a cara con sus padres», que pueden determinar la presencia de la enfermedad.